El running es un deporte lleno de beneficios, pero también de mitos que pueden desanimar a los principiantes o limitar el rendimiento de los más experimentados.
1. Correr daña las rodillas
Uno de los mitos más comunes es que correr desgasta las rodillas y provoca artritis sin embargo, diversos estudios han demostrado que correr de manera adecuada puede fortalecer las articulaciones, mejorar la densidad ósea y reducir el riesgo de osteoartritis. La clave está en usar el calzado adecuado, trabajar la técnica y complementar con ejercicios de fortalecimiento.

2. Solo las personas delgadas pueden correr
El running es para todos, sin importar el peso o la complexión física. Muchas personas creen que necesitan tener cierto tipo de cuerpo para empezar, pero lo cierto es que cualquier persona puede disfrutar de este deporte, la clave es empezar poco a poco, escuchar al cuerpo y progresar de manera gradual.
3. Correr en la calle es mejor que en la cinta (o viceversa)
Cada superficie tiene sus ventajas y desventajas. La cinta permite entrenar con menor impacto y controlar factores como la inclinación y velocidad, mientras que correr al aire libre mejora la resistencia y la capacidad de adaptación. Lo ideal es alternar ambos para aprovechar sus beneficios según los objetivos del entrenamiento

4. Si no corres rápido, no eres un verdadero corredor
No importa la velocidad a la que corras, lo que importa es que estás corriendo. Hay quienes creen que solo los corredores rápidos son “de verdad”, pero cada persona tiene su propio ritmo y objetivos. Lo importante es mejorar progresivamente y disfrutar del proceso sin compararse con los demás.

5. Correr en ayunas quema más grasa
Si bien correr en ayunas puede favorecer la utilización de grasas como fuente de energía, no es la única manera de perder peso ni es recomendable para todos. Lo más importante es encontrar un equilibrio que funcione para cada persona y asegurarse de tener suficiente energía para rendir bien en los entrenamientos.

El running es un deporte accesible y lleno de beneficios, pero es importante informarse y dejar de lado los mitos que pueden limitar nuestra experiencia. Escucha a tu cuerpo, disfruta cada paso y sigue corriendo sin miedo.
¡Nos vemos en la ruta!