
Cuando hablamos de mejorar la técnica de carrera, muchas veces pensamos en la postura, en el ritmo o en el tipo de calzado. Sin embargo, un elemento clave que muchas veces pasa desapercibido es la movilidad articular. Este componente no solo optimiza el rendimiento deportivo, sino que también influye directamente en nuestra calidad de vida.
¿Por qué es tan importante la movilidad?
La movilidad es la capacidad que tiene una articulación para moverse libremente dentro de su rango funcional. Cuando trabajamos ejercicios de movilidad, estimulamos la lubricación articular mediante el líquido sinovial, lo cual permite que los huesos y cartílagos se deslicen entre sí con menor fricción. Esto se traduce en movimientos más suaves, menos riesgo de lesiones y una mayor eficiencia biomecánica al correr.

¿Qué ocurre cuando el cuerpo gana movilidad?
Cuando mejoramos la movilidad:
- Se reduce la rigidez muscular y articular, permitiendo mayor libertad de movimiento.
- Aumenta la amplitud del gesto deportivo, lo que mejora la zancada, la postura y la mecánica de carrera.
- Se optimiza la activación neuromuscular, favoreciendo una mejor coordinación y velocidad de reacción.
- Mejora la resiliencia física, reduciendo la probabilidad de sobrecargas, tendinitis y lesiones por compensación.
En el caso de corredores, una cadera con buena movilidad permite mayor extensión y eficiencia en la propulsión; unos tobillos móviles mejoran la absorción de impacto; y una columna torácica fluida favorece una mejor rotación del tronco, fundamental para un braceo armónico.
Más allá del deporte: beneficios para la vida diaria
La movilidad no es solo para atletas. Un cuerpo móvil:
- Mejora la postura general y reduce dolores crónicos como el lumbar o cervical.
- Facilita actividades cotidianas como agacharse, subir escaleras o cargar peso.
- Ayuda a envejecer de forma más funcional, manteniendo la independencia física.
Movilidad y salud: una conexión directa
Trabajar la movilidad con regularidad tiene efectos positivos en el sistema nervioso, mejora la circulación y disminuye los niveles de estrés físico. Además, promueve la longevidad funcional, ayudando a mantener un cuerpo más activo, adaptable y en armonía.
Incorporar ejercicios de movilidad a tu rutina, aunque sea por 10 minutos al día, puede transformar tu forma de correr y tu bienestar general. Es una inversión sencilla con un retorno muy alto: mejor técnica, menos lesiones, y una vida más ágil y saludable.